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Jugones

Con valor y pasión no hace falta ni balón.

Fútbol… una palabra que abarca todo. Sería muy triste reducirlo a un deporte cuando también supone dedicación, entrega, superación y una fuente de vida pura. En mi caso, escucharla es volver a estar en mil momentos corriendo sin parar, es imaginarme en un futuro manteniendo la ilusión del primer día.

Yo empecé en infantil, 4 añitos y los recreos eran un campo de batalla. Jugábamos hasta con los envases del actimel, era el momento más esperado de la mañana. Crecimos y se me fue haciendo más difícil ser una más siendo una chica entre muchos chicos. A veces me quedaba fuera del campo porque “no era tan buena como ellos”, pero lo más bonito de esto es que eso nunca me hizo abandonar lo que me hacía feliz, lo que me mantenía a flote.

Poco a poco, mi suerte me hizo un guiño que es ahora mi mejor recuerdo del mundo: acabé encontrando un equipo de fútbol sala en Villanueva de la Cañada. Los fines de semana, cuando había partido, tenía que irme hasta Tres Cantos siempre… ¡¡¡Una odisea!!! Daba igual, era la mejor sensación que hay en el mundo entero, pero con el tiempo se fue haciendo más cuesta arriba la paliza en kilómetros que suponía. Tuve que acabar dejándolo dos años después de entrar, y clubes femeninos es algo no muy fácil de encontrar.

Hace poco, me enteré de Jugones y vine a hablar con Ángel. Sería genial darle la oportunidad de crear fútbol y un estilo de vida que verdaderamente merece la pena por la zona, que no se cierren más puertas. A mí me hubiese gustado muchísimo tenerlo. Era mi auténtico sueño.


Lo más importante de este deporte es que tienes que hacer equipo, tienes que unirte y sincronizarte con el resto, piensas en los demás y aprendes a disfrutar de tu proceso y de tu progreso. A entender tus tiempos. Salir al campo es un chute de adrenalina, es sentirte segura, es viajar a otro planeta. Algo que me ha hecho no separarme nunca del fútbol es la sensación de confianza y autoestima que me enseña en cada segundo, son las ganas de mejorar, el sentimiento de estar haciendo lo que realmente te llena y la risa, risa, risa, mucha risa…

Alejandra Martínez «Ale»